Un especialista en comercio exterior señaló que el popular juguete de moda requiere de una certificación del Mercosur, que aún no se ha efectuado. La semana pasada Afip secuestró 43.000 spinners provenientes de Miami.
El presidente de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete, pidió a las familias argentinas verificar que los spinners cuenten con su identificación de juguete seguro, con la etiqueta indicando la edad sugerida, y con el nombre del fabricante o del importador.
Según advirtió el 95% de los spinners en el mercado son ingresados desde el exterior de manera ilícita y no han pagado derechos ni impuestos aduaneros. Señaló que los producidos en el país «son de fabricación casera en impresoras 3D o producidos por fábricas que aún no cuentan con las certificaciones de seguridad».
Los spinners de origen extranjero que se pueden encontrar en algunos comercios del país, y la ciudad, ingresaron de contrabando que «podrían ser susceptibles de ser ingeridos por niños menores». Su ingreso requiere de una certificación.
Eso quiere decir que todos los que están en la calle, no cumplen con el Reglamento Técnico de Juguetes del Mercosur y este ordenamiento obliga a que en los juguetes se coloque una etiqueta con el nombre del fabricante, o el importador. Además, deberían contar con una estampilla fiscal (verde si se importan por unidad), y que los juguetes no cuenten con la misma, es una infracción y se considera tenencia injustificada de mercadería de origen extranjero, y eso puede significar su decomiso, entre otras cosas.
Hay otros Spinner que llevan baterías, y las pilas que pueden ingresar en calidad de pilas para juguetes no pueden ser cualquiera, porque hay algunas que tienen material venenoso, y por ejemplo, hay una gran cantidad de metales que son tóxicos.
Cabe recordar que, los primeros días de junio, Afip impidió a través de la Aduana el ingreso ilegal al país de 43.000 «Hand Spinners», por un valor aproximado de 10 millones de pesos.
Los juguetes ingresaron en las maletas de un pasajero, procedente de Miami, y fueron detectados mediante el uso de escáneres. El operativo se realizó por «infracciones al régimen de equipaje» ya que se considera que el ingreso de cualquier producto con fines comerciales en las maletas «es un mecanismo de competencia desleal».