ESTADO LEGAL: PSICOTROPICO (solamente para fines de investigaciones científicas)
La Dimetiltriptamina es un enteógeno (sustancia vegetal o preparado de sustancias vegetales con propiedades psicotrópicas, que cuando se ingiere provoca un estado modificado de conciencia.) que se utiliza en contextos espirituales, religiosos, ritualísticos y chamánicos además de usos recreativos, lúdicos o médicos y que se encuentra de forma normal en la naturaleza.
Pertenece farmacológicamente a la familia de la triptamina. Muchas culturas, indígenas y modernas, ingieren DMT como enteógeno, ya sea en extractos o en forma sintetizada.
El DMT actúa como enteógeno y esta capacidad de provocar estados alterados de conciencia es la razón por la cual las tribus amazónicas lo han consumido ceremonialmente desde tiempos inmemoriables, bajo la forma de ayahuasca.
Aunque actualmente ya puede ser fabricado en un laboratorio y presentarse en forma de cristales, cuando se refina, la DMT es un sólido cristalino de color blanco sin embargo, la DMT que se encuentra en el mercado ilícito es comúnmente impura y puede aparecer en color amarillo, naranja o salmón, a menos que se haya tomado especial atención en eliminar estas impurezas. Estas impurezas son el resultado de la degradación o se originan a partir de materia vegetal de la que se ha extraído el DMT, típicamente corteza de la raíz de Mimosa tenuiflora.
Las sales de DMT son altamente solubles en agua pero se descomponen con facilidad, y por lo tanto deben de ser conservadas en un ambiente frío, sin contacto con el aire y fuera de la luz. Esto se puede deber a su estructura de anillos similares a aquellos de la serotonina, llegan a descomponerse así como lo hacen otros neurotransmisores.
Su uso oral entre humanos es posible gracias a la sinergia entre un IMAO (inhibidores de la monoamino oxidasa – constituyen la categoría terapéutica a la que pertenece cierto grupo de fármacos antidepresivos y que actúan bloqueando la acción de la enzima monoamino oxidasa) y plantas con la triptamina como la Mimosa hostilis o la Psychotria viridis. El brebaje conocido con el nombre de ayahuasca o yajé incluye Psychotria viridis en su preparación.
La DMT se metaboliza de forma muy rápida, volviéndose inactiva por vía oral, debido a la monoaminooxidasa. El uso combinado de plantas como la Banisteriopsis caapi o la Peganum harmala, que poseen Beta-carbolinas, hace posible su ingestión y efectos.
En la actualidad se estudian las funciones que puede desempeñar la DMT endógenamente en el organismo humano, puesto que se encuentran trazas de esta molécula en la orina y en el cerebro de las personas. Algunos especulan que la DMT, producida en pequeñas cantidades por humanos y mamíferos, participa en los efectos visuales del sueño natural e incluso en las experiencias cercanas a la muerte y otros estados místicos.
La presencia de DMT en varias especies de plantas y animales resulta sorprendente y se debe a que es un constituyente natural del sistema nervioso central. Hoy en día los científicos intentan descubrir qué funciones tiene la dimetiltriptamina que se encuentra endógenamente en el cuerpo humano, ya que los restos de esta sustancia en la orina y células cerebrales de las personas indican que es elaborada naturalmente por nuestro organismo. Esta es la razón por la cual el investigador J. C. Callaway sugirió en 1988 la posibilidad de que el DMT esté relacionado con las «alucinaciones oníricas», es decir los sueños que tenemos mientras dormimos.
Por otro lado, hay quienes como Rick Strassman han señalado que el DMT podría estar vinculado con las experiencias cercanas a la muerte. Strassman especula además que esta sustancia es sintetizada en la glándula pineal, que ha sido considerada por varias tradiciones místicas como «el tercer ojo», pues está relacionada con la capacidad de experimentar visiones trascendentales.
De forma recreativa, la DMT puede sintetizarse y ser fumada en pipa. Sus efectos duran entre 5 y 30 minutos y se caracterizan por una gran intensidad subjetiva y fuertes y elaboradísimas alucinaciones, comunicaciones no verbales con «seres desconocidos», «maquinaria y ciudades futuristas», «viajes a otras realidades y planos», «expansión mental», etc.
De forma oral sin la toma de un IMAO se trata de una molécula prácticamente inactiva. La DMT puede ser fumada como base libre. En forma de sal puede ser inyectada o inhalada. De este modo existen dos rutas mayoritarias la toma de un IMAO junto con la triptamina (vía oral) o la toma inhalada o inyectada sin necesidad de IMAO. No existe la tolerancia con la DMT, esto parece estar relacionado con su rol endógeno y rápida metabolización. La dosificación varía entre los 5 mg y lo 45 mg inhalada y los 10 mg y 150 mg de forma oral.
Los efectos del DMT son poderosos y casi instantáneos. Puede llevar a quien lo toma de un estado de «normalidad» a un estado alterado de conciencia en cuestión de segundos, lo cual para algunos puede resultar desorientador o atemorizante. A diferencia del LSD el DMT no tiene un componente de euforia, y el LSD es un alucinógeno más potente. Por otro lado, la duración de un viaje de DMT es mucho más corta pero sumamente intensa, si bien la experiencia puede durar literalmente unos cuantos minutos. Quienes han probado DMT con frecuencia reportan sensaciones de expansión mental sumamente emocionales y visiones vívidas y elaboradas difíciles de poner en palabras, además de comunicaciones con otros seres o experiencias de unidad cósmica, lo cual ha hecho a la dimetiltriptamina portadora del mote de «molécula espiritual».