¿Viste alguna vez un vendedor ambulante? ¿Esos chicos que venden estampitas/lapiceras/porta tarjetas? Seguro los viste, vendiendo o dejando al «honor» su producto, para llevar un plato de comida.
Te invito a algo cuando los veas, ¡róbate lo que te ofrezcan!, así de sencillo, agarra y guárdatelo en el bolsillo o en la cartera. Te aseguro que esta persona no se va a dar cuenta, y vas a tener un beneficio gratis.
Seguramente, ahora en tus adentros, estarás pensando: ¿Qué dice este loco? Ese chico necesita vender eso para comprar para comer, no puedo robárselo, es de él.
Si llegaste hasta este punto en el artículo es porque definitivamente te queda un poco de moral en tu interior. Toda esta historia que te estoy planteando, es una metáfora, es una metáfora de lo que hacemos a diario. ¿Cómo? Muy fácil, usando software “trucho”, esa vivada bárbara que inventamos.
Te hago este planteo, en vez de un chico en un subte, imagínate un chico atrás de un monitor, tecleando y diseñando su propio programa para darle de comer a su familia. ¿Le robarías su programa si lo tuvieras enfrente? Pidiéndote que por favor se lo compres porque no tiene nada para comer.
Quizá no sea un chico solo, quizá sea una pequeña empresa que trabaja arduamente creando programas para poder hacer crecer sus sueños. ¿irías ahí, a ese garaje convertido, y les robarías su trabajo? ¿No te molestaría que si vos estas trabajando, venga alguien y se lleve todo, y encima se ría de vos porque lo consiguió gratis?
A la sociedad de hoy en día, no la entiendo, quizá es por eso que soy informático. Somos capaces de robar cualquier cantidad de software, pero no de pagar tres dólares para que alguien pueda comprar un quilo de arroz, pero ojo “los inmigrantes nos sacan el trabajo” (valido para cualquier país del mundo).