24 diciembre, 2024

Los riesgos psicosociales y el estrés en el trabajo se ubican entre los problemas más difíciles planteados en el ámbito de salud y seguridad en el ámbito laboral, afectando tanto a la salud de las personas como así también a las organizaciones.

Se los pueden definir como la interacción entre la organización, el contenido y la gestión del trabajo con las necesidades y funciones de los trabajadores.  Pueden generar resultados físicos, sociales o psicológicos adversos como es el caso del agotamiento, estrés  y a largo plazo enfermedades cardiovasculares, respiratorias, gastrointestinales, mentales, entre otras. Pueden ocurrir al tener cargas de trabajo excesivas, falta de claridad en las funciones de cada puesto, falta de participación en la toma de decisiones, inseguridad en el empleo, falta de apoyo, violencia realizada por terceros, acoso sexual o psicológico.

En un entorno en el cual el aspecto psicosocial sea favorable, va a fomentar a tener un mejor rendimiento y desarrollo personal como también lograr el bienestar mental y físico de las personas que forman parte de la empresa. Para las organizaciones, de lo contrario, va a generar un mal rendimiento global, niveles superiores de accidentes, ausencia o abandono laboral, o bien relacionado con el presentismo, en el que los trabajadores para no perder dicho premio, acuden a trabajar estando enfermos pero soy incapaces de desempeñar su tarea de manera optima.

Dentro del ámbito laboral, se puede ver afectada la salud psicológica del trabajador por medio de distintos elementos, los cuales son:

  • Precariedad laboral: son situaciones en las cuales el trabajador está expuesto a condiciones que se encuentran por debajo de lo considerado como normal, como por ejemplo tener jornadas superiores a lo que establece la ley, por contrataciones temporales, por salarios insuficientes para cubrir las necesidades básicas para vivir. Con ellos, las personas presentan una incertidumbre con respecto al futuro, algo incierto que empeora su calidad de vida y aumenta su sufrimiento psicológico, alterando su comportamiento social.
  • Esfuerzo mental: en aquellos trabajos en los que se requiere de una gran exigencia mental, van a provocar una fatiga nerviosa en el trabajador, por tener que recibir gran cantidad de información, analizarla e interpretarla para poder dar una respuesta correspondiente. Sus síntomas son: cansancio, falta de atención, dolor de cabeza, problemas con el sueño, etc. Como consecuencia va a generar una reducción en el rendimiento y aumento de posibles errores.
  • Trabajo rutinario o repetitivo: se produce al realizar dentro del ámbito laboral tareas que sean repetitivas y que perduren con el tiempo, como puede darse en las empresas con producción en masa, en trabajos administrativos o tareas de oficina. Este estilo de trabajo puede tener una mayor probabilidad de que se genere algún tipo de accidente por el hecho de que las personas actúan de manera mecánica, sin prestar la atención que corresponde.
  • Acoso en el trabajo o MOBBING: se produce cuando existe algún tipo de maltrato verbal o modal que recibe algún trabajador por parte de otro u otros durante un determinado periodo de tiempo. Que repercute sobre la dignidad y la integridad psicológica o física de la persona perturbando su desempeño profesional lo que puede conllevar al abandono o despido del mismo.
  • Acoso sexual laboral: se refiere a toda conducta o comportamiento que sea de naturaleza sexual que afecten la dignidad de las mujeres u hombres dentro del trabajo.
  • Violencia física: con este término se incluiría conductas verbales o físicas amenazantes, abusivas o intimidatorias referidas a la producción de un daño corporal a un trabajador.
  • Estrés laboral: se lo define como el conjunto de reacciones emocionales, fisiológicas, de comportamiento o cognitivas que sufre una persona frente a determinados aspectos nocivos o adversos referidos al contenido, entorno u organización del trabajo. Puede suceder cuando las exigencias superan los recursos, las capacidades o las necesidades de dicho trabajador, generándole un desequilibrio.

Puede repercutir negativamente dentro del ámbito laboral como por ejemplo, aumenta la tasa de accidentes o lesiones, bajo rendimiento, absentismo, puede conllevar a un trastorno psicológico o conducir a una incapacidad temporaria o permanente.

Las distintas situaciones de estrés logran determinadas respuestas en los sistemas:

  • Cognitivo: miedo, inseguridad, pensamientos de preocupación, tensión, falta de concentración, etc.
  • Fisiológico: taquicardia, palpitaciones, escalofríos, tensión muscular, malestar estomacal, mareos, etc.
  • Motor: dificultad para hablar, tartamudez, aumento del consumo de cigarrillos, movimientos torpes, llanto, etc.
  • Síndrome de Burn-out (quemado): se refiere a un desgaste psicológico que sufre una persona en la cual presenta daños físicos o psicológicos que derivan en enfermedades. Suelen ocurrir con mayor frecuencia en aquellos trabajos que sobrepasan las 8 horas, o no presentan cambios con respecto al ambiente laboral en largos periodos o que tienen escasa remuneración.

Se manifiesta de las siguientes formas:

  • Psicosomáticos: dolores de cabeza frecuentes, problemas de sueño, dolores musculares, pérdida de peso, etc.
  • Conductuales: abuso de drogas (ejemplo café), aumento de conductas violentas, etc.
  • Emocionales: aburrimiento, impaciencia, irritabilidad, desorientación, depresión, etc.
  • En el ambiente laboral: disminución de la capacidad y calidad del trabajo, comunicaciones deficientes, etc.

La Ley de prevención de riesgos laborales (31/1995), obliga a las empresas a proteger la salud de los trabajadores. Para poder llevarlo a cabo, se debe realizar una evaluación de riesgos de todos los puestos de trabajo que conforman la empresa para evitar posibles accidentes u enfermedades profesionales en los que influyan los riesgos psicosociales.

La evaluación de los riesgos mencionados anteriormente,  debe confeccionarse utilizando métodos  que estén orientados al origen de los problemas (no a las características de las personas, sino a las de la organización del trabajo), en los cuales se analizan distintos aspectos como pueden ser: la tarea, la organización, el ambiente, el desempeño, entre otras. Remarcando que uno de los puntos clave para dicha evaluación es la participación de los trabajadores en todo el proceso como es el caso de las encuestas para poder visualizar distintas percepciones (considerado como el método con mayor validez científica).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *