Un accidente puede provocar una parada del sistema respiratorio y este no ser capaz de hacer llegar el aire a los pulmones para que dé lugar el intercambio de gases entre el oxígeno y el dióxido de carbono. Al alveolo pulmonar no le llega el oxígeno a través de la sangre y, por lo tanto, las células se quedan sin oxígeno para sus procesos.
Dependiendo de la situación y la persona, si pasan entre 3 la 5 minutos, esta falta de oxigenación acabará provocando un paro cardiaco y consecuentemente la muerte.
Para evitar que esto suceda, se puede aplicar la reanimación cardiopulmonar. Consiste en intervenciones físicas para crear la circulación artificial aplicando una presión rítmica sobre el pecho del paciente para que el corazón bombee la sangre de forma manual. También produce que la persona introduzca oxígeno en el paciente, aplicando respiración boca a boca haciendo pasar el oxígeno en la sangre.
Puede ser aplicada por personas no profesionales si tienen la preparación adecuada. De esta forma se han salvado muchas vidas ya que en ocasiones es necesaria una reanimación rápida mientras llegan los equipos de emergencia.
Las maniobras de RCP implementadas en argentina han sido actualizadas y cuentan con la autorización de la American Heart Association (AHA), máximo referente científico en cardiología de Estados Unidos y el resto del mundo. «Es importante que toda la sociedad tenga presente esta técnica, ya que cualquier persona puede afrontar una situación en la que esté en juego una vida’’.
Un programa que se desarrolla en argentina es el de “Con las manos: cinco pasos para salvar una vida”, implementado por el Municipio y a través del que se capacita a choferes del transporte público urbano. Además se extenderá en el futuro a los choferes de larga distancia, con una capacitación cada dos años para actualizar los conocimientos. Una medida ejemplar para las empresas de transporte que recorren el territorio nacional pudiéndose ampliar a otros ámbitos como escuelas, universidades, entre otros.
Aunque el porcentaje de éxito para la restauración inmediata de la circulación luego de un paro cardiaco es cercano al 60%, únicamente entre el 6,5 y el 24% de los pacientes que presentan en el hospital salen vivos de este. Las enfermedades cardiovasculares representan la principal causa de muerte en nuestro país, llegando al 33% del total de las muertes (236 muertes cada 100.000 habitantes), y 13% de los años de vida potencialmente perdidos. El Infarto Agudo de Miocardio (IAM) produce anualmente 15.272 muertes (2015), de las cuales 5.606 se producen en personas menores de 70 años.
Los médicos de diferentes especialidades creen que la efectividad de la RCP puede llegar al 50 o al 70%. Sin embargo, la práctica incorrecta de las técnicas puede causar daño a una persona sana y podría complicar la ya situación potencialmente mortal. Por eso la importancia de la correcta aplicación se explica a continuación.
Primeros auxilios
Los siguientes pasos se basan en las instrucciones de la American Heart Association (Asociación Americana del Corazón):
Verifique si hay respuesta de la persona. Sacúdala y observe si se mueve o hace algún ruido. Pregúntele en voz alta «¿Te sientes bien?».
Llame al número local de emergencias médicas (107) si no hay respuesta, pida ayuda y envíe a alguien a llamar al número local de emergencias (107).
Coloque a la persona cuidadosamente boca arriba. Si existe la posibilidad de que la persona tenga una lesión en la columna, dos personas deben moverla para evitar torcerle la cabeza y el cuello.
Realice compresiones cardíacas o pectorales:
-Coloque la base de una mano en el esternón, justo entre los pezones
-Coloque la base de la otra mano sobre la primera mano
-Ubique el cuerpo directamente sobre las manos
-Aplique 30 compresiones, las cuales deben ser RÁPIDAS y fuertes. Presione alrededor de dos pulgadas dentro del pecho y cada vez permita que éste se levante por completo. Cuente las 30 compresiones rápidamente: «1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, ya».
Abra la vía respiratoria. Levántele la barbilla con dos dedos. Al mismo tiempo, inclínele la cabeza hacia atrás empujando la frente hacia abajo con la otra mano.
Observe, escuche y sienta si hay respiración. Ponga el oído cerca de la nariz y boca de la persona. Observe si hay movimiento del pecho y sienta con la mejilla si hay respiración.
Si la persona no está respirando o tiene dificultad para respirar:
-Cubra firmemente con su boca la boca de la persona afectada.
-Ciérrele la nariz apretando con los dedos.
Mantenga la barbilla levantada y la cabeza inclinada.
Dé 2 insuflaciones boca a boca. Cada insuflación debe tomar alrededor de un segundo y hacer que el pecho se levante.
Continúe la RCP (30 compresiones cardíacas, seguidas de dos insuflaciones y luego repetir) hasta que la persona se recupere o llegue ayuda. Si hay disponibilidad de un AED para adultos, utilícelo lo más pronto posible.
Si la persona comienza a respirar de nuevo, colóquela en posición de recuperación, y verifique periódicamente la respiración hasta que llegue la ayuda.
Conclusión
Si no nos cuidamos en nuestra vida diaria, cualquier profesión podría pasar poco a poco de mejorar la calidad de vida de las personas a prolongar su muerte, corriendo el riesgo sufrir un accidente o enfermedad cardiaca.
Lo que ha sucedido con la RCP, de pasar de una indicación específica a una aplicación universal, sirve de ejemplo para otros procedimiento que hoy en día se están describiendo o desarrollando. Con el objetivo de prevenir muertes prematuras cuando sea posible, el artículo propone la importancia de tener conocimiento sobre los primeros auxilios y concientizar a empresas para que introduzcan cursos gratuitos a su personal.