En lugares como la ciudad, especialmente si se vive o trabaja sobre Avenidas o zonas de mucho movimiento comercial, el ruido de los autos, colectivos, camiones, trenes, obras, etc. es interminable e inevitable y puede llegar a ser muy molesto; causar irritación, dolor de cabeza, malestar, etc. Cabe destacar que en las propiedades horizontales, se les suma los ruidos internos; como el ascensor, conversaciones de vecinos, pasos, música, televisores y demás artefactos de los vecinos.
Existen distintas maneras de amortiguar las vibraciones y no sentir los numerosos ruidos dentro de los ambientes. La más práctica es colocar ventanas con vidrio sellado en el perímetro, que permite delimitar una cámara de aire estanca (como los estudios de radio). Esta cámara de aire reduce las filtraciones de aire y el nivel de ruidos. Se puede colocar tiras de caucho para que la ventana y el vidrio estén más juntos, e impidan el paso del aire, el cual es el vehículo que transporta el ruido.
Otra forma es utilizando cortinas gruesas o persianas, tapices, alfombras, recubrimiento de paredes con telas gruesas o placas de corcho.
Para aislar el techo es necesario colocar un techo flotante con un soporte elástico, una cámara de aire con el material absorbente y yeso. Es importante dejar de 10 a 30 cm de altura entre el espacio forjado y techo continuo, que constituye la cámara de aire. Además no debe haber nada sobre el techo continuo.
Para los pisos, se hace un procedimiento similar usando pisos flotantes. Los cuales están formados por dos capas de madera de alta densidad.
Existen muchos materiales en el mercado que sirven como aislantes del ruido, como por ejemplo: el corcho y aglomerados de madera y fibras minerales: fibra de vidrio o lana de roca, poliestireno expandido, vidrio celular, espuma de poliuretano o espumas fenólicas, etc.
Es importante y necesario recurrir a amortiguar las vibraciones en lugares que están expuestos a ruidos constantes y/o con altos decibeles, que se utilizan para descansar o donde se requiera concentración.