Marcos es un joven de 35 años que por elección decide dedicarse en la vida a ganar dinero fácil como embustero. Una mañana se encontraba en un autoservicio cuando entra un hombre y observándolo ve que está realizando lo que se llama un timo, una forma de embaucar. Al ver la habilidad de este hombre, decide asociarse con él. La historia tiene una enorme cantidad de faltas de ética y de moral, junto a ilícitos y engaños. El futuro socio de Marcos estaba cometiendo un acto humano ilícito, una inmoralidad, abusándose de la distracción de la empleada.
Es así que empiezan a trabajar realizando un «timbreo»: tocan el timbre de un edificio y por el portero eléctrico atiende una señora de edad. Marcos se hace pasar por su sobrino que le dice que se le descompuso el auto y que necesitaba que le preste dinero. La mujer sale y le alcanza el dinero al socio de Marcos, quien se hace pasar por un cadete que envío el supuesto sobrino. La mujer cae en el cuento y por tener un sentido de confianza, condición de una persona moral, resulta timada.
Poco después Marcos recibe una llamada de su hermana con la cual se lleva mal desde hace tiempo, por quedarse Marcos con 200 mil dólares de una herencia que le pertenecía a los tres hermanos, violando valores morales como la lealtad y la honradez. Ella estaba en el hotel donde trabajaba y le dice que un ex socio suyo de fechorías, Sandler, quería verlo. Sandler le propone a Marcos una operación fraudulenta: venderle 9 estampillas falsas llamadas «nueve reinas» valuadas en medio millón de dólares a un coleccionista español que se encontraba en el mismo hotel. Es así como ambos socios recietes se dirigen a la casa de Sandler a solicitarle a su esposa que les de las estampillas. Deben ganarse la confianza de la señora para que se las dé. Una vez que obtienen las mismas, en la calle unos ladrones le arrebatan el bolso con las estampillas, entonces Marcos se ve obligado a comprar las verdaderas, por lo cual debe recurrir al dinero que tenía guardado fruto de la herencia de su abuelo.
Cuando le van a llevar las estampillas al coleccionista, este le dice a Marcos que quería dormir con su hermana como condición para realizar la operación. La hermana indignada acepta con la condición de que Marcos le diga al hermano menor la verdad sobre la herencia del abuelo al que le había mentido.
A posterior Marcos recibe el cheque de la venta de las estampillas y se dirige rápidamente con su socio al banco para cobrarlo, pero se encuentran con una sorpresa, el banco había quebrado: los directivos se habían robaron los fondos de los ahorristas. Marcos entiende mirando con tristeza a su socio el fracaso. Este último se va y aborda el subterráneo; en él había un niño pidiendo limosna, le da a elegir entre un lindo autito de colección y un billete, se ve en el niño una disputa interna entre un acto humano y un acto del hombre. Como características del acto humano, es que se inicia en lo profundo de la conciencia, entrando en juego la voluntad. Como humano, el niño escoge la alternativa placentera del autito. Pero como lo que se impone es saciar su hambre o cubrir alguna otra necesidad, elige el dinero.
Un acto moral se da en un doble plano, el normativo y el fáctico, por un lado encontramos normas que tienden a regular la conducta de los hombres; por otro lado los actos humanos. El motivo es hacer todo lo posible para logras ganar dinero fácil, por ambición. El medio es hacerse pasar por vendedores de filatelia. El fin venderle la plantilla de las nueve reinas a un coleccionista que estaba circunstancialmente en Argentina para ganar dinero. El resultado debe ser alcanzar el cometido sin que haya contratiempos, pero no lo logran.
El tema tiene variables para distinguir lo correcto de lo incorrecto, o sea los distintos formatos tanto sobre ética como moral. Hay muchas normas éticas y morales, normas sociales y jurídicas, pero lo que da que hablar es la verdadera trama para destapar una acción espuria del protagonista, una verdadera misión imposible.