INCENDIO DEL SHOPPING YCUA BOLAÑOS
El incendio del shopping de Paraguay, conocida también como la Tragedia de Ycuá Bolaños, es la tragedia civil más grande sucedida en Paraguay ocurrida el domingo 1 de agosto del 2004 en la ciudad capital Asuncion. Aquel fatídico día, aproximadamente a las 11:25 del mediodía, se produjeron dos grandes explosiones al interior del recinto comercial que albergaba, entre varias cosas, el supermercado, un estacionamiento para vehículos, oficinas comerciales y un restaurante. En las cocinas de este último lugar hubo una explosion que provocó un gigantesco incendio.
Según informes policiales, al momento de producirse el accidente, los guardias de seguridad cerraron las puertas del recinto para evitar que las personas, que colmaban el centro comercial, escaparan con bienes que no hubieran pagado. Como resultado, 396 personas fallecieron (cerca de la mitad eran menores de edad) y dejando a más de 500 con heridas de diversa consideración, incluyendo a 56 personas con quemaduras de tercer grado y varios desaparecidos. Algunas de las causas de muerte han sido el extremo calor, en el que en ciertos sectores del local el calor fue tan intenso que se alcanzó la fase de cremacion (unos 1000 C. aprox), quemaduras, asfixia, intoxicacion, por inhalación de gases tóxicos, etc.
El edificio donde se produjo el incendio había sido inaugurado tres años antes, en el año 2001, siendo uno de los más modernos de la cadena y de la ciudad en ese entonces; y abarcaba una superficie de 12.000 metros cuadrados. Contaba con estacionamiento para más de 350 vehiculos, además de oficinas y un restaurante. Había sido autorizado para su funcionamiento por las autoridades del municipio de Asunción, pese a que informes periciales lo calificaron con posterioridad como «una bomba de tiempo«. Según esos informes y declaraciones a la prensa de uno de los abogados defensores de los dueños de la firma, se estableció que «Tres de los ductos de la parrilla, de la panadería, de la confitería y la rotisería, no salían al exterior. Lo que significa que había una gran cantidad de humo y gases que desde la misma inauguración del supermercado se iban acumulando en la cámara que se formó entre el cielo raso y el techo del edificio que permitió una acumulación de gases de 9.000 metros cúbicos».
Al no contar con medidas de extracción del material altamente inflamable acumulado en el recinto, este terminó convirtiéndose en una trampa mortal. Pese a lo anterior, la municipalidad afirma que en los planos el recinto contaba con alarmas de humo (que no se activaron), extintores, irrigadores, señaleticas y otras medidas preventivas en caso de incendios o tragedias.
La primera dotación Bomberos de Asunción que llegó al lugar ingresó por la entrada del estacionamiento del local con el objetivo de una búsqueda de posibles víctimas y, la otra unidad, con ayuda de policías y civiles, pudieron abrir un boquete en la pared de vidrio que daba lateralmente a la rampa. Este boquete fue el principal acceso que pudieron tener los bomberos para el rescate, ya que la cantidad de humo denso que salía del estacionamiento impedía el acceso y el rescate de víctimas. Por su parte, la mayoría de la segunda dotación, quienes trabajaron arduamente por el boquete, pudieron conseguir rescatar a varias personas, entre ellos funcionarios del local y niños; así lo confirmó el conductor de uno de los primeros móviles del lugar, Carlos Samaniego, quien no dudó en ningún momento en dejar de lado su carro y ser parte del grupo de rescate. Este lugar de la rampa fue el sitio en donde más cuerpos estaban apilonados. El bombero Eris Cabrera comentó que era un verdadero infierno y que, inclusive, los bomberos tuvieron que abrirse paso entre cientos de cuerpos calcinados en busca de más víctimas con vida. Los cuerpos en su mayoría ya carbonizados fueron llevados al entonces local bailable Tropiclub, ubicada en frente mismo del local siniestrado, que en ese momento fue de morgue provisional para el reconocimiento de las víctimas.
Según conclusiones del cuerpo de bomberos, este caso fue una situación que superó todos los protocolos de emergencia debido a la cantidad de víctimas y la magnitud del siniestro. Aunque muchas decisiones se tomaron por instinto, el entrenamiento que el personal tenía sobre seguridad en incendios estructurales fue de mucha ayuda en la atención de la emergencia. Ningún oficial del cuerpo de bomberos falleció durante las labores de rescate; aunque algunos tuvieron que ser hospitalizados por intoxicaciones leves.
Esta tragedia sucedió poco tiempo antes del trágico incendio en la discoteca Republica Cromañon en Buenos Aires, Argentina, el 30 de diciembre de 2004, lo que reforzó la exigencia de control por parte de los organismos municipales de los países de America del sur en cuanto a materia de seguridad en los recintos de acceso público.
La falta de un proceso judicial confiable y la inmensidad de la tragedia humana han provocado nuevas víctimas entre los familiares y sobrevivientes de la tragedia, debido a que muchos de ellos contraen enfermedades psicosomáticas, mueren de ataques cardíacos, o se suicidan.
Ha quedado claro que hubo una conjunción de irresponsabilidades desde la construcción del local, la verificación y el control de las autoridades municipales”. Los familiares de las víctimas siguen reclamando que se impute por negligencia al alcalde de Asunción, Enrique Riera, a quien acusan de “haber cobrado las tasas de inspección y habilitación del Ycuá Bolaños sin que, realmente, estuviera en condiciones de abrir sus puertas al público”. En tanto, como homenaje a las víctimas en la parte delantera del edificio incendiado fue habilitado ayer el denominado Museo del Terror con la exposición de fotografías de los fallecidos, nómina de sobrevivientes, muebles y otros artefactos del supermercado, con rastros de la alta temperatura que, según los expertos, superó los 1.000 grados centígrados.