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Manipulación del Bioetanol

¿Qué es el bioetanol?

El bioetanol se obtiene a partir de la remolacha (u otras plantas ricas en azúcares), de cereales, de alcohol vínico o de biomasa, mediante un proceso de destilación. En argentina la producción industrial emplea principalmente cereal como materia prima básica, con posibilidad de utilizar los excedentes de la industria remolachera transformados en jugos azucarados de bajo costo. En general, se utilizan tres familias de productos para la obtención del alcohol

¿Para qué sirve?

El bioetanol mezclado con la gasolina produce un biocombustible de alto poder energético con características muy similares a la gasolina pero con una importante reducción de las emisiones contaminantes en los motores tradicionales de combustión. El etanol se usa en mezclas con la gasolina en concentraciones del 5 o el 10%, E5 y E10 respectivamente, que no requieren modificaciones en los motores actuales.

Ventajas

El bioetanol presenta varias ventajas: es limpio, renovable y no es tan tóxico como los combustibles fósiles; pero como todo combustible presenta ventajas y desventajas, que deben ser evaluadas para saber si realmente su utilización tiene beneficios finales. La utilización de este combustible hace que se reduzcan las emisiones de CO2 a la atmósfera.

El uso de carburantes de origen vegetal produce menos emisiones nocivas de azufre por unidad de energía que el uso de productos derivados del petróleo. Al ser el petróleo un recurso limitado la utilización del bioetanol presenta la ventaja de que éste se produce a partir de muchas fuentes diferentes y renovables. 

Desventajas

Los mayores inconvenientes de estos productos son la utilización de cultivos de vegetales comestibles (como el maíz o la caña de azúcar), o el cambio de uso de tierras dedicadas a cultivos para la alimentación, a tierras que se destinan a cultivar vegetales que se utilizarán para producir biocombustibles, lo que provoca en ocasiones la desforestación o desecación de terrenos vírgenes o selváticos. La subida del precio final de los productos utilizados para la producción del biocombustible hace que se financie la tala de bosques nativos. Ello supone inexorablemente la deforestación de importantes pulmones vegetales, lo cual trae entre otras terribles consecuencias el aumento del proceso de desertificación (el aumento de regiones desérticas) que implica la mayor incapacidad de los suelos para retener el agua interrumpiendo así el equilibrio del ciclo hidrológico.

Perspectivas a largo plazo

La capacidad instalada de la industria argentina de bioetanol es del orden de 1,2 millones de m3 anuales, computando algunas ampliaciones de planta en curso. El año pasado, la producción y consumo interno de bioetanol fue del orden de 800.000 m3, con un aporte del 59 % de parte de las cinco destilerías de maíz, y de un 41 % de los nueve ingenios azucareros. Este año, se agregaron al programa de bioetanol, tres ingenios más y se estableció que la oferta para que corten las petroleras, debe provenir en partes iguales de los ingenios y de las destilerías de maíz. El consumo interno debe aumentar por encima de 850.000 m3 para este año (correspondiendo alrededor de un 55 % de los orígenes al bioetanol de maíz y un 45 % al bioetanol de caña), y ubicarse en torno al millón de m3 anuales el próximo año. Por el momento, no se exporta bioetanol destinado al mercado de combustibles.

Si bien en el corto y mediano plazo, probablemente la demanda interna de bioetanol crezca motorizada exclusivamente por la demanda de naftas, en el largo plazo, el panorama de mediano y largo plazo es distinto. Probablemente se implementará en Argentina el programa Flex Fuel, al estilo Brasil, con cortes superiores al 20 % de contenido de bioetanol, aunque todavía no está resuelto si en forma paralela se desarrollará una cadena de valor de alcohol hidratado como en el país vecino. 

Para enfrentar derrames e incendios de etanol, los bomberos requieren materiales especiales, como absorbentes y espumas tipo ATC (Alcohol tipe concentrate), específicamente diseñados para solventes polares.

Para extinguir un incendio de etanol, en general se requiere dos a cuatro veces más cantidad de espuma que para extinguir la misma cantidad de gasolina, lo cual se refleja no solo en el costo sinó en la logística necesaria.

Uno de los temas más importantes para los bomberos es la identificación del producto. Existen diversas señales que pueden ser utilizados para el transporte de etanol y biocombustibles.

Los combustibles con un contenido menor a 10% de etanol pueden seguir utilizando el número de UN1203. Cualquier mezcla combustible con etanol (entre el 10% y 95%) deberá estar identificado con el nuevo número UN3475 (Rev. 19a. de las Recomendaciones de Naciones Unidas para el Transporte de Mercancías Peligrosos).