En el trabajo presentado a la profesora Maria Billera en la asignatura “Planificación y Organización del Servicio” realice la investigación sobre la influencia griega que tenían los romanos. Entre los miembros de las clases altas, quienes no hacían trabajos manuales, se hizo costumbre el hacer todas las obligaciones de negocios en la mañana. Después del prandium, las últimas responsabilidades se completaban y se hacía una visita a los baños . Alrededor de las tres de la tarde, comenzaba la cena, a veces prolongándose hasta muy entrada la noche, especialmente si había invitados, y comúnmente le seguía un comissatio (una ronda de bebidas alcohólicas ).
Especialmente en el período de los reyes y la república temprana, pero también en otros tiempos (para las clases trabajadoras), la cena consistía esencialmente en un tipo de gacjas, las puls. El tipo más simple estaba hecho con farro, agua, sal y grasa. El tipo más sofisticado era hecho con aceite de oliva , acompañado con verduras cuando era posible. Las clases más ricas comían su plus con huevos, queso y miel, y ocasionalmente, carnes y pescado.
En el transcurso del período de la república, la cena se dividió en dos platillos, uno fuerte y un postre con fruta y mariscos (como los camarones ). Al finalizar la república, era común que la comida se sirviera en tres partes: la entrada (gustatio), el plato fuerte (primae mensae) y el postre (secundae mensae) pero no existía técnicamente una comida como tal.
Esta parte de la comida era llamada gustatio o promulsis. Generalmente consistía de platillos ligeros y apetitosos. La bebida usual era el mulsum, una mezcla de vino y miel. En los grandes banquetes las entradas se servían una después de otra.
Muchas veces, un platillo intermedio era servido antes del verdadero caput cenae. La decoración podía llegar a ser más importante que los ingredientes. El plato fuerte comúnmente consistía de carne.
Entre las frutas, las uvas eran las preferidas. Los romanos distinguían entre uvas para hacer vino y uvas para comer. Las pasas también se usaban. Las almejas y ostras, las cuales eran originalmente postres, pasaron a ser entradas. Los pasteles, hechos de trigo y generalmente bañados en miel, tenían un papel importante. Ciertos tipos de nuez también eran usados, siendo el equivalente de los dulces de los festivales actuales.
Lo novedoso
Lanzarote España: Allí se encuentra el restaurante El Diablo, que tiene la particularidad de tener una parrilla montada sobre un hueco en la tierra, del que proviene calor de origen geotérmico. Realmente caliente. Nada más sabroso que una barbacoa cocinada con el calor de las entrañas de la Tierra. Esta es la deliciosa propuesta gastronómica del restaurante El Diablo, ubicado en el Parque Nacional de Timanfaya en Lanzarote, donde late bajo los pies del visitante el corazón de un volcán dormido. Nadie viaja a esta isla sin dedicar al menos un día a recorrer la llamada Ruta de los Volcanes y degustar las delicias del restaurante El Diablo, insertado en un edificio circular de una sola planta, obra de César Manrique. Una amplia cristalera, también circular, permite admirar la sobrecogedora extensión de los interminables y desolados campos de lava. En el interior, domina el centro del círculo del edificio el llamado “Jardín muerto”, un pequeño espacio acristalado donde un tronco seco y el esqueleto de un dromedario.
El trabajo está abierto a muchas ideas innovadoras de diversas formas de cocinar y experimentar comidas distintas con otros sabores.
Autor: Damián Alvarez