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¿Hay vida después del desuso?

Como sabrán, los mejores asistentes de los barcos para el transporte en  el comercio internacional son los contenedores. Ya sean de 20 pies, 40 o high cube, estos gigantes cubos de acero tienen una vida útil cómo máximo de 20 años. ¿y después? Se reciclan y vuelven al ruedo, pero lejos de los mares y océanos. Tras una serie de tratamientos profesionales para aislarlos y repararlos, los contenedores se vuelven módulos habitables, como oficinas, departamentos o casas. En Argentina son pocas las empresas que se  encargan de este negocio inmobiliario que va en ascenso, las mas conocidas son Austral Container,  4housing y boxhouse.

Si bien los costos para que alguna de estas empresas gestione la puesta completa del módulo habitable en el lugar que el comprador le indique se acerca mucho a los valores de comprar un inmueble, hay varias ventajas incomparables, por ejemplo:

Y lejos de que todo sea color de rosas, es importante saber que también existen algunas desventajas:

Aunque suene irreal, estos módulos habitables existen y están cerca, en Nordelta, en la Costa Atlántica, mismo algunas sedes de servicios del gobierno de la ciudad de buenos aires son contenedores y están en pleno centro!

Ahora hablemos un poco de historia, Phillip C. Clark un hombre estadounidense fue el encargado de patentar su idea en Noviembre del año 1987 describiendo su patentamiento  bajo la descripción “Método para convertir uno o más contenedores metálicos marítimos en un edificio habitable en el lugar de construcción y el producto que de ello resulta“. Con el paso de los años, esta idea fue tomada en cuenta por las tropas en guerra, donde se protegían contra impactos de granadas, lugares de descanso o prisiones temporarias, y no mucho tiempo después, varios diseñadores y arquitectos vanguardistas tomaron esta idea para convertir los contenedores en lugares de tránsito o vivienda comunes, adaptándolos a gusto de sus clientes.