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CUANTO TARDAN EN DEGRADARSE LOS MATERIALES Y COMO CONTAMINAN?

DEGRADACION DE MATERIALES

 “ ENSEÑAR, es hacer ver de forma práctica, mediante una explicación o una indicación, cómo funciona, se hace o sucede una cosa”.

En esta oportunidad vamos saber, en cuanto tiempo se degradan los materiales que nos rodean,  que velozmente envenenan a nuestro planeta.

1 año: El “papel”, básicamente es celulosa. Si queda tirado sobre tierra y si le toca un invierno lluvioso, no tarda en degradarse. Lo ideal es reciclarlo para evitar que se sigan talando árboles para su fabricación.

 

1 a 2 años: Bajo los rayos del sol, una “colilla con filtro” puede demorar hasta dos años en desaparecer. El filtro es de acetato de celulosa y las bacterias del suelo, acostumbradas a combatir materia orgánica, no pueden atacarla de entrada. Si cae en el agua, la desintegración es más rápida, pero más contaminante.

 

5 años: Un trozo de “chicle” masticado. Por acción del oxigeno en un material duro que luego empieza a desquebrajarse hasta desaparecer. El chicle es una mezcla de gomas de resinas naturales, sintéticas, azúcar, aromatizantes y colorante artificiales.

 

10 años: Tiempo que tarda la naturaleza en transformar un “lata de gaseosa o de cerveza” al estado de óxido de hierro. Por lo general las latas tienen 210 micrones de espesor de acero recubierto de barniz y de estaño. A la intemperie hacen falta mucha lluvia y humedad para que el óxido la cubra.

 

30 años: Tarda un “aerosol” en degradarse, éste es uno de los elementos de los desechos domiciliarios más polémicos. Primero porque al ser un aerosol, salvo especificación contraria, ya es un agente contaminante por sus CFC (clorofluorcarbonados). Por lo demás su estructura metálica lo hace resistente a la degradación natural, el primer paso es la oxidación.

 

30 años: La aleación metálica que forma las “tapitas de botellas” puede parecer candidata a una degradación rápida porque tiene poco espesor. Pero no es así. Primero se oxidan y poco a poco su parte de acero va perdiendo resistencia hasta dispersarse.

 

 100 años: De acero plástico, los “encendedores descartables” se toman su tiempo para convertirse en otra cosa. El acero, expuesto al aire libre, recién comienza a dañarse y enmohecerse levemente después de 10 años. El plástico en ese tiempo, ni pierde color.

100 años: Junto con el plástico y el vidrio, “el telgopor” no es un material biodegradable. Está presente en gran parte de el envoltorio de artículos electrónicos. Y así como se recibe, en la mayoría de los casos se tira a la basura. Lo máximo que puede hacer la naturaleza con su estructura es dividirla. En moléculas mínimas.

 

150 años: Las bolsas de plásticos, por causa de su mínimo espesor, pueden transformarse más rápido que una botella de ese material. Las bolsitas en realidad, están hechas de polietileno de baja densidad. La naturaleza suele entablar una batalla dura contra ese elemento. Y por lo general pierde. 

 

100 a 1.000 años: Las “botellas de plástico” son las más rebeldes a la hora de transformarse. Al aire libre pierden su tonicidad, se fragmentan y se dispersan. Enterradas duran más. La mayoría están hechas de PET, un material duro de roer: los microorganismos no tienen mecanismos para atacarlos. 

 

1.000 años: “Pilas” sus componentes son altamente contaminantes y no se degradan. La mayoría tienen mercurio, otras también tienen cinc, cromo, arsénico, plomo o cadmio. Pueden empezar a separarse luego de 50 años al aire libre. Pero se las ingenian para permanecer como agentes nocivos.

 

4.000 años: La “botella de vidrio” en cualquiera de sus formatos, es un objeto muy resistente. Aunque es frágil porque con una simple caída puede quebrarse, para los componentes naturales del suelo es una tarea titánica transformarla. Formada por arena y carbonatos de sodio y calcio, es reciclable en un 100%.

 

Como es casi imposible dejar de utilizar estos materiales,  tenemos que reciclarlos,  porque ayuda al medio ambiente de nuestro planeta, pues en los últimos años nuestro planeta se ha estado contaminando por culpa nuestra, que no somos consientes del daño que estamos causándole a nuestro planeta al no reciclar y ensuciar. Este daño no solo tiene consecuencias para nuestro planeta, sino también para nosotros, plantas  y los animales.

Para evitar esto debemos, no contaminar  nuestra ciudades, no arrojar residuos en los arroyos, ríos y mares,  ya que es nuestra principal fuente de vida, clasificar los residuos  y colocarlos en los lugares indicado.

Una forma práctica de ayudar es recordar algo muy sencillo y práctico, llamado, “LAS CUATRO  R”.

RECICLAR: Enviemos a centro de acopio todos los materiales que podamos como papel, aluminio, vidrio y plásticos

RECHAZAR: No compremos productos que dañen al ambiente

REUTILIZAR: Saquemos el máximo provecho a las cosas que tenemos.

RECHAZAR: Compremos solo lo necesario. Llevemos nuestras propias bolsas, evitemos al máximo los envoltorios, reduzcamos el consumo de bienes materiales.

Reciclar no es solo una manera que nos ayuda a conservar los recursos naturales y reducir residuos sino que también contribuye a reducir la contaminación y la demanda de energía y materiales.